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A cien años del movimiento que cambió a China para siempre

Patricio Giusto. Director del Observatorio Sino Argentino.

Publicado en la ediciòn del domingo 5 de mayo de 2019 del Diario Clarín.

 

Este año es muy especial para China, ya que está plagado de aniversarios importantes. Por mencionar algunos: 70º de la fundación de la República Popular, 40º de la normalización de relaciones con los EE.UU. y 30º de la masacre de Tiananmen. En este caso, voy a detenerme en el centenario del movimiento político y cultural del 4 de mayo de 1919.

El Tratado de Versalles que clausuró la Primera Guerra Mundial fue desastroso para la joven y precaria República de China. La misma había sido fundada en 1912, tras la revolución que derrocó a la última dinastía imperial. Versalles fue el punto culminante del llamado “Siglo de Humillación”, relativo a las sucesivas derrotas militares que China sufrió durante el Siglo XIX y la convirtieron en una suerte de apéndice de las potencias centrales de Occidente.

Uno de los tantos puertos que China había cedido producto de los llamados “Tratados Desiguales” era el de Tsingtao (actual Qingdao), el cual estaba a cargo del Imperio Alemán, desde 1898. Tras un asedio liderado por Japón y el Reino Unido, los alemanes perdieron el puerto, en 1914. Como premio, los conferencistas de Versalles no tuvieron mejor idea que ceder Tsingtao y otros territorios en la provincia de Shandong a Japón, pese a que China había apoyado a los aliados durante la Gran Guerra.

La posición del gobierno chino fue muy débil, con tibias reclamaciones y cediendo a 13 de las “21 demandas” de Japón. Ese fue el factor desencadenante del Movimiento del 4 de Mayo de 1919. El mismo fue liderado por estudiantes de trece universidades de Beijing que salieron enardecidos a las calles para concentrarse en la emblemática plaza de Tiananmen. Los reclamos apuntaron, básicamente, contra los “imperialistas invasores” y los “traidores locales”, acusados de entregar la soberanía china en Versalles. Residencias de funcionarios fueron incendiadas y se llamó a un gran boicot contra productos japoneses.

Con el correr de los días, el número de manifestantes fue en aumento. La dura represión de las autoridades derivó en paros y marchas masivas en otras grandes ciudades chinas, como Shanghai. Ante la magnitud de los sucesos, el gobierno del Kuomintang debió liberar a más de mil estudiantes y trabajadores que habían sido apresados. Finalmente, China no firmó el Tratado de Versalles y la situación de Shandong fue resuelta en su favor, en 1922. Cabe destacar que fue clave la intercesión de los Estados Unidos, en apoyo a la posición china.

El Movimiento del 4 de Mayo tuvo una dimensión que trascendió ampliamente la cuestión de Shandong. Fue un verdadero vendaval político y cultural, con enormes consecuencias para el curso de la historia china, debido a las ideas de vanguardia que se introdujeron y los nuevos liderazgos que emergieron. Tanto desde posturas moderadas como extremas, proliferó un rechazo a las tradiciones y al orden establecido. Además, se sostuvo que China necesitaba adoptar las ideas científicas de Occidente (no así las políticas) para modernizar el país.

La otra gran novedad fue, sin dudas, la irrupción del marxismo-leninismo y el inédito protagonismo de intelectuales, campesinos y mujeres, hasta entonces grupos marginales de la vida política. Es por todo ello que en China también se llama “Movimiento de la Nueva Cultura” a este rico proceso. Mao Zedong, fundador de la RPC, destacó en 1939 la importancia del movimiento, asociándolo a la fundación del Partido Comunista de China, en 1921. Varios de sus precursores, como Li Dazhao y Chen Duxiu, fueron parte del movimiento.

La respuesta por parte del nacionalismo-conservador no se hizo esperar. Con apoyo del gobierno del Kuomintang surgió el contra movimiento “Nueva Vida”, para promover los ideales y valores confucianos. Pero ya era demasiado tarde: tras los sucesos iniciados el 4 de Mayo de 1919, China había cambiado para siempre. La culminación de esta insalvable puja ideológica sería una larga y cruenta guerra civil, con posterior victoria comunista.