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Argentina y China: un inventario de 50 años

Este artículo fue originalmente publicado en el Centro de Estudios Chinos IRI-UNLP, disponible en el siguiente enlace.

Por Vicente Teruggi*

El presidente argentino Alberto Fernández arribó a la República Popular China en el marco del 50° aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países. Allí mantuvo una extensa agenda acompañado por una acotada comitiva, debido a las restricciones de la pandemia. Esta fue integrada por el canciller, Santiago Cafiero; la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras; los gobernadores de Buenos Aires, Axel Kicillof, y de Catamarca, Raúl Jalil; la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti; la secretaria de Deportes, Inés Arrondo; el senador y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de la Nación, Adolfo Rodríguez Saá; el diputado y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de la Nación, Eduardo Valdés; la asesora presidencial Cecilia Nicolini y el intendente de José C. Paz, Mario Ishii.

Desde el inicio oficial de las relaciones diplomáticas en el año 1972, la Argentina y la República Popular China han mantenido un excelente y estable vínculo diplomático, dando como resultado un intercambio fluido a nivel comercial, educativo, cultural, político y científico, el que se ha incrementado en las últimas dos décadas de manera exponencial, ya que la relación entre ambos países se ha visto fortalecido de manera especial.

Tal vez uno de los resultados más importantes de la visita fue la adhesión a la iniciativa Belt and Road—conocida mundialmente como BRI, por su sigla en inglés—. La misma fue presentada en el año 2013 por el presidente chino Xi Jinping con el objetivo de recrear la milenaria Ruta de la Seda. Esta iniciativa pretende modernizar, revitalizar y asegurar el desarrollo y crecimiento ordenado de la República Popular China como país, pero también potenciar el vínculo estratégico con toda la región donde tiene alcance la mayor iniciativa de infraestructura a escala global.

Para la Argentina, en particular, la participación en una de las iniciativas de infraestructura y conectividad más grande del mundo es una gran oportunidad para reforzar las relaciones con China, y lograr un mejor posicionamiento en toda la región de Asia central. De este modo, también será potenciando el vínculo y la proyección sobre el continente asiático, generando nuevas oportunidades para el sector productivo local y regional.

Nuestro sector productivo tiene grandes e interesantes oportunidades comerciales que se fortalecerán en el mercado chino, ya que allí el consumo crece anualmente por sobre la media global, apalancado en nuevos y pujantes sectores medios urbanos, además de tener el gran desafío de abastecer nichos urbanos en, por ejemplo, seis megaciudades de más de 10 millones de habitantes cada una.

Si lo pensamos en términos comerciales, productivos y estratégicos para nuestro desarrollo, en todo el recorrido de la BRI existen otros grandes nichos de mercado donde la Argentina puede desarrollar oportunidades de negocios. Un ejemplo es el mercado de productos halal (حلال), ya que además del 2% de la población de China —que significan 30 millones de habitantes— en el mismo recorrido se localiza el 60% de la población musulmana que vive en Asia, volviéndose un área estratégica para el suministro de productos alimenticios, cosmética y moda, aumentando la presencia en mercados como Pakistán, Indonesia, Bangladesh, India, Tailandia y Vietnam.

Este es el punto de partida para pensar la BRI como una plataforma absolutamente dinámica, que integre de forma positiva, no solo para el ingreso de productos alimenticios, sino también para nuevas experiencias como el polo, el Malbec, el fútbol y la enseñanza del idioma español a nichos de mercado aún no explorados y con alta potencialidad.

Además de las notas y acuerdos de entendimiento para captar el financiamiento chino para obras estratégicas de infraestructura en la Argentina que, según lo estipulado, se instrumentará en dos tramos: uno ya aprobado por 14 mil millones de dólares, resultado de las conversaciones del mecanismo vigente entre ambos países, (¨Diálogo Estratégico para la Cooperación y Coordinación Económica (DECCE); también existe la posibilidad de trabajar sobre un segundo paquete, por 9.700 millones de dólares, que la Argentina presentará en el Grupo Ad Hoc creado entre ambos países para iniciar el trabajo tras la adhesión a la Franja y la Ruta de la Seda.

En materia financiera se acordó la renovación del Acuerdo de SWAP de monedas entre el Banco Popular de China y el Banco Central de la República Argentina como así también se logró el compromiso por parte del gobierno chino de estudiar los proyectos de canalización de derechos especiales de giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI).

La agenda que se viene,  para los próximos años en el vínculo bilateral estará marcada por el incremento y la diversificación del comercio recíproco, las inversiones y proyectos conjuntos en el sector agrobio-industrial, educación, deportes, cultura, turismo, cooperación universitaria, ciencias de la tierra, medios públicos de comunicación y medicina nuclear, a la vez que se continuará fortaleciendo la cooperación en materia espacial entre la CONAE y la China National Space Administration (CNSA), como así también se incorporaron temas nuevos en la agenda de cooperación bilateral como son el desarrollo verde, la economía digital, y la  tecnología y la innovación.

Independientemente de los logros en materia de captación de inversiones chinas, la Argentina dio un paso en la jerarquización y profundización del vínculo bilateral con el gigante asiático, consiguiendo reafirmar el apoyo a los reclamos del ejercicio pleno de soberanía de la Argentina en la Cuestión de las Islas Malvinas, una posición histórica de la nación oriental. Por último, también se defendió el multilateralismo como mecanismo de vinculación entre países y la implementación de la Agenda 2030.

* Director de Proyectos del Observatorio Sino-Argentino. Politólogo por la Universidad Católica de La Plata. Especialista en Estudios en China Contemporánea en la Universidad Nacional de Lanús. Candidato a magíster en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional de La Plata.