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La lucha de China contra el coronavirus

Por Patricio Giusto, Director Ejecutivo del Observatorio Sino-Argentino*

Si bien el denominado “Covid-19” ha registrado hasta ahora una tasa de mortalidad muy baja, en torno al 3%, se trata de un virus altamente contagioso.

En un evento sin antecedentes en la historia, el gobierno chino decidió aplicar una estricta cuarentena en la ciudad de Wuhan (11 millones de habitantes) y zonas aledañas de la provincia de Hubei. En total, unos 40 millones de chinos han sido puestos en cuarentena, casi la totalidad de la población de la Argentina. Cuesta tomar conciencia de las implicancias de una situación tal, sólo en términos de abastecimiento y atención sanitaria para semejante número de personas aisladas.

Mucho se ha comentado sobre la velocidad para reaccionar y la efectividad de las medidas que ha tomado China frente a esta crisis. Lo cierto es que, si esas medidas tan drásticas no se hubiesen tomado, no caben dudas hoy estaríamos frente un escenario muchísimo peor en cantidad de contagios, tanto dentro como fuera de China. Por otra parte, cabe destacar que fueron científicos chinos quienes rápidamente secuenciaron el ADN del virus. Eso fue complementando con otras medidas sorprendentes, como la construcción de dos mega-hospitales en diez días.

Así y todo, ningún país del mundo, ni siquiera una potencia híper-organizada como China, está bien preparada para afrontar una crisis de esta magnitud. Las dificultades no tardaron en aparecer. En primer lugar, hubo escasez de barbijos y otros insumos médicos, con la imposibilidad de las fábricas de incrementar exponencialmente su producción en tan poco tiempo. Además, las restricciones en el transporte provocaron escasez de alimentos y otros bienes en diversas ciudades, en pleno invierno.

Si bien se registra una clara de tendencia a la baja en los contagios en China, no sucede lo mismo en el exterior, con países como Corea del Sur y Japón que tuvieron aumentos en el número de infectados en los últimos días. Al 22 de febrero, 77.767 personas se habían contagiado y 2.345 murieron por coronavirus en todo el mundo, casi el 99% de ellos en China Continental. Todavía es temprano para trazar pronósticos de superación de esta epidemia.

Un mazazo inesperado sobre una economía ralentizada

Previo a la crisis del coronavirus, la economía china exhibía signos de ralentización, afectada principalmente por el impacto de la guerra comercial con los EE.UU. Lo peor que le podía pasar a China era la aparición de este verdadero “cisne negro”, cuyo impacto en términos económicos todavía es imposible calcular. Lo que está claro: el impacto sobre la economía china en su conjunto está siendo descomunal.

El parate de los principales sectores económicos y financieros ha sido casi total. Los pronósticos más optimistas estiman que la economía China crecerá dos puntos menos de lo previsto este año. Eso de por sí sería tremendo, no sólo para los chinos, sino para el resto del mundo. China explica más del 30% del crecimiento económico mundial. En el caso de la Argentina, China ya es nuestro primer socio comercial.

En medio de este escenario tan sombrío, no fue casual que el presidente chino Xi Jinping haya definido al coronavirus como un “demonio”, que todo el pueblo chino debe combatir. Y como en toda crisis, el desempeño del gobierno no ha estado exento de cuestionamientos. Sobre todo, en lo que respecta al manejo de la información.

Uno de los momentos más delicados para el gobierno fue la muerte por coronavirus del doctor Li Wenliang, quien junto con otros siete médicos fueron acusados de “difundir rumores” de epidemia en enero. Tras su fallecimiento, ocurrido el 6 de febrero, Li fue masivamente reivindicado como “héroe” en las redes sociales chinas.

Aprendizaje de crisis anteriores y brote de sino-fobia

Ahora bien, comparado a lo que fue la epidemia del SARS, que causó 774 muertos en 2003, puede decirse que ante la crisis del coronavirus el gobierno chino ha exhibido un gran aprendizaje. En aquella ocasión, la reacción de las autoridades fue muy tardía y el manejo de la información poco transparente. Con el coronavirus, hemos visto que las cifras de infectados, fallecidos y recuperados son informadas en tiempo real. Tanto la Organización Mundial de la Salud como los principales medios de comunicación internacionales están presentes en China, con acceso a los datos.

Al mismo tiempo, el gobierno chino ha condenado duramente las expresiones de sino-fobia que han surgido a lo largo y ancho del mundo, a raíz de la epidemia de coronavirus. La ignorancia y los prejuicios preexistentes sobre los chinos y sus hábitos salieron a la luz en muchas partes del mundo, asociando la propagación del virus con la etnia china. Lamentablemente, la Argentina no estuvo exenta de este brote racista. En las redes sociales más populares de nuestro país se viralizaron memes, videos y comentarios denigrantes para con los chinos. Una verdadera pena.

El duro camino por delante para China

Una vez China pueda superar la crisis sanitaria, quedará por delante un duro camino de reactivación económica. Los chinos, pero en especial los habitantes de Wuhan y Hubei, jamás olvidarán la pesadilla del coronavirus. Ha sido para China uno de los años nuevos más tristes de los últimos tiempos. El 25 de enero inició el año de la Rata de Metal, que es el primero de los doce animales del zodíaco. La rata representa renovación y prosperidad. Sin dudas, China no será la de antes tras esta desgracia. Pero conociendo a los chinos, a su cultura, a su historia milenaria y ferviente patriotismo, estoy convencido que emergerán más fuertes y prósperos que antes.

*Este artículo fue originalmente publicado en el diario El Día de Gualeguaychú, el 22 de febrero de 2020.