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China, India y Vietnam desde la perspectiva Argentina

Escrito por Patricio Giusto, Director del Observatorio Sino-Argentino.

En la antesala de la gira del presidente Mauricio Macri por la India y Vietnam, conviene repasar brevemente la historia reciente y estado actual de las relaciones de China con sus dos vecinos. Se trata de vínculos con una historia cargada de tensiones, alianzas cruzadas y guerras, sobre todo a partir de la segunda mitad del Siglo XX. ¿Cuáles son las perspectivas de esas relaciones? ¿Cuál es el impacto en el vínculo estratégico entre China y la Argentina?

La historia reciente de China y la India ha estado signada por ásperas disputas fronterizas, la mayoría de ellas irresueltas al día de hoy. En 1962, las tensiones escalaron al punto de la confrontación militar, de la cual China salió victoriosa. Jawaharlal Nehru, el líder supremo de la India, decidió ocupar territorios chinos bajo el supuesto de que su vecino comunista, debilitado por el rotundo fracaso económico “Gran Salto Adelante”, jamás respondería militarmente. En cambio, Nehru terminó humillado por el letal contrataque y posterior alto el fuego unilateral decidido por Mao Zedong. Muchos esperaban una invasión china.

La frialdad y la mutua desconfianza han sido las principales constantes de la relación bilateral durante las últimas décadas, a la par del ascenso de ambas como superpotencias económicas, militares y nucleares. A partir del proceso de Reforma y Apertura, iniciado en 1978 por Deng Xiaoping, China tuvo un impresionante despegue, sobrepasando ampliamente a la India en materia económica, tecnológica y militar. Con poblaciones similares, en torno a los 1.400 millones de habitantes, la gran diferencia en la actualidad radica en que la India sigue siendo un país mayormente sumido en la pobreza y el subdesarrollo.

Las estrategias de China para neutralizar a la India

China ha desplegado varias estrategias para neutralizar a la India en su vecindario. En primer lugar, logró concretar una decisiva alianza económica, militar y nuclear con Pakistán, el gran archienemigo de la India. La asociación sino-pakistaní tendrá su punto culminante con la realización del ambicioso megaproyecto de corredor económico, lanzado en 2015. No obstante, el terrorismo y la característica inestabilidad y fragmentación política pakistaní echan sombras sobre el proyecto. China también ha buscado contener a la India a través de reforzar vínculos con Nepal y Bután, aunque con menos éxito. Ambas naciones han sostenido una estrategia de oscilación entre China y la India, buscando beneficios de las tensiones.

En el Océano Índico, China ha sido mucho más efectiva, cercando cada vez más a la India en el marco de su lenta pero persistente estrategia del “collar de perlas”. La misma consiste en la expansión de inversiones y asentamientos chinos en Sri Lanka, Maldivas y otros puntos estratégicos que van desde el Mar del Este de China hasta Medio Oriente. La India, en tanto, apenas ha afianzado relaciones sólidas con Bután y Bangladesh. Asimismo, ha exasperado a China auspiciando al Dalai Lama y apoyando movimientos separatistas en el Tíbet.

Incremento de las tensiones fronterizas en 2017

En agosto de 2017, China y la India estuvieron a escasas horas de una nueva guerra. La escalada se inició cuando la India envió soldados a Doklam, un sector de la frontera que ambos países comparten con Bután, con el objetivo de bloquear la construcción de una ruta a cargo de los chinos. Finalmente, se llegó a un trabajoso acuerdo para desmovilizar las tropas de la zona y suspender la polémica ruta.

La situación volvió a empeorar a comienzos de 2018, tras el sorpresivo anuncio de la India de una prueba exitosa de su primer misil balístico intercontinental con capacidades nucleares, capaz de alcanzar cualquier punto en Asia y Europa. Como era de esperarse, China y Pakistán criticaron duramente el amenazante ensayo. El salto tecnológico logrado por la India habría acelerado la carrera armamentística entre ambas potencias, tanto en materia defensiva como ofensiva. Por ahora, China sigue llevando la delantera frente a India.

¿Una nueva era en las relaciones entre China y la India?

Recientemente, Xi Jinping pareciera haber iniciado la búsqueda de un giro decisivo en las relaciones con la India, hacia una suerte de equilibrio pacífico mediante el aumento de la cooperación económica. El giro comenzó a gestarse tras la histórica visita del premier hindú Narendra Modi a Wuhan, en abril de 2018. Tras dos días de conversaciones, ambos líderes anunciaron un “nuevo capítulo” en las relaciones bilaterales, tratando de dejar definitivamente atrás los recelos del pasado. Este reacomodamiento geopolítico tuvo su correlato al mes siguiente, con la histórica incorporación de la India a la poderosa Organización de Cooperación de Shanghai (OCS). La misma es integrada por China, Rusia y casi los países de Asia Central. Cabe destacar que también se concretó el ingreso a la OCS de Pakistán y la incorporación como miembro observador de Irán.

En agosto pasado, se dio un hecho tan inédito como impensado: India y Pakistán participaron de un ejercicio militar conjunto, por primera vez en la historia de ambos países. Más allá de la habilidad diplomática exhibida por Xi Jinping, probablemente este reacomodamiento no hubiese sido posible sin el repliegue aislacionista iniciado por los EE.UU. en 2017.

Las relaciones entre China y la India desde la perspectiva argentina

Las relaciones entre China y la India siguen exhibiendo signos de tensión, aunque han ingresado en una nueva etapa de fuerte cooperación que podría derivar en un nuevo equilibrio geopolítico en el escenario asiático. Esto es positivo para la región, para el mundo y, por supuesto, para la Argentina. Nuestro país tiene a China como un socio económico estratégico e irremplazable. Asimismo, India se presenta como otro socio con un potencial impresionante en materia de comercio e inversiones para la Argentina. Se trata de una relación sub-explotada, que debiera estar entre las prioridades de la política exterior.

En ese sentido, un eventual incremento de nuestra relación con la India no debiera tener repercusiones negativas en nuestros vínculos con China. No sólo por el contexto de distensión entre ambas potencias, sino también porque China no percibe a la India, al menos de momento, como un competidor serio de su imparable proyección en América Latina.

 

 

Las difíciles relaciones entre China y Vietnam

Las relaciones entre China y Vietnam han sido históricamente muy turbulentas. Durante la etapa imperial china, Vietnam sufrió siglos de ocupación, lo que fue cimentando un sentimiento de recelo y desconfianza de los vietnamitas hacia China. Durante la etapa republicana de China (1911-1949), la potencia asiática buscó mantener a Vietnam bajo su esfera de influencia. Ambos países fueron aliados en la guerra contra los invasores japoneses. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, China confrontó las pretensiones colonialistas francesas en Indochina. Durante la Guerra de Vietnam (1955-1975), la flamante República Popular China apoyó, junto a la URSS, a su aliado comunista de Vietnam del Norte.

El apoyo chino durante la Guerra de Vietnam no impidió que se reaviven viejas disputas territoriales con China, básicamente respecto a los archipiélagos Paracel y Spratly, ubicados en el Mar del Sur de China. En 1979, China inició por primera vez una guerra en su milenaria historia. Deng Xiaoping decidió atacar Vietnam por el norte, en el marco de la guerra de ese país con Camboya. Fue una dolorosa derrota para China, aunque con fuertes bajas para ambas partes. Las tensiones se mantuvieron durante toda la década de 1980. En 1988, China y Vietnam se enfrentaron en una fugaz batalla naval en la cual murieron 70 vietnamitas.

En la década de 1990 las relaciones entre China y Vietnam comenzaron a mejorar lentamente, a través de la normalización de las relaciones diplomáticas. En 1999, ambas naciones firmaron por primera vez un tratado fronterizo comprensivo. La tensión se reavivó en los años subsiguientes, a través de la reafirmación de la soberanía marítima de China, acompañada de perforaciones petroleras y emplazamientos en los archipiélagos disputados.

En 2005, volvió a producirse una trifulca naval con navíos militares chinos, con un saldo de 9 vietnamitas muertos. Ha habido desde entonces otros incidentes menores, con embarcaciones pesqueras vietnamitas interceptadas y eventualmente hundidas por China. Los Estados Unidos han mantenido una prudente distancia en las tensiones, aunque siempre apoyando la postura de Vietnam y demás países de la región que están en disputa con el gigante asiático en el Mar del Sur de China. Los Estados Unidos también han sido parte de incidentes menores con China en dicha región, con tensiones que últimamente escalaron.

En la actualidad, hay una suerte de tensa calma en las relaciones sino-vietnamitas, con la novedad de la mega-iniciativa de Nueva Ruta de la Seda en el centro de la escena. En 2018, se reavivó el sentimiento vietnamita anti-China con varias manifestaciones masivas a lo largo y ancho de Vietnam, en contra de los proyectos chinos en el país. En la previa de las protestas, un proyecto petrolero de Repsol fue cancelado debido a la fuerte presión china. Lo cierto es que el Partido Comunista vietnamita permanece dividido respecto a cómo lidiar con China. El veterano presidente Nguyen Phu Trong, electo en octubre de 2018, se ha mostrado conciliador con China y muchos han comparado su estilo de liderazgo con el de Xi Jinping.

Respecto a la Argentina, las relaciones con Vietnam se han consolidado y expandido en los últimos años, al punto de convertirse en nuestro cuarto destino de exportaciones. La economía vietnamita está sólida y las proyecciones indican que será uno de los países que más crecerán en Asia durante la próxima década. Las reformas económicas iniciadas en 1986 han sido sumamente exitosas y ha habido una sana continuidad en el rumbo económico. El potencial de esta relación para la Argentina es enorme, sobre todo en el rubro de productos agroindustriales y alimenticios. En relación al vínculo de nuestro país con China, nada indica que podría verse afectado por una profundización de los lazos con Vietnam en este contexto.