Nuestro director analiza la disminución de la pobreza en China para el diario más leído del gigante asiático
El director del Observatorio Sino-Argentino, Patricio Giusto, publicó una columna en la edición impresa de 人民日報 People’s Daily, el diario más leído de China, analizando cómo se logró sacar de la pobreza a casi 800 millones de persona, la mayor revolución social en la historia de la humanidad.
A continuación compartimos el artículo en español:
Las lecciones de China al mundo para luchar contra la pobreza
En los últimos 40 años, China sacó de la pobreza a casi 800 millones de personas, cifra que representa más de 70% de la reducción global de la pobreza en ese período, según datos del Banco Mundial. Bajo el liderazgo del presidente Xi Jinping, China se encamina a la erradicación total de la pobreza, una de las dos “metas centenarias”.
Hacia 2021, aproximadamente 100 millones de personas que hoy siguen siendo pobres en China dejarán de serlo. De esta forma, China alcanzará con diez años de anticipación el objetivo de reducción de la pobreza de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible.
Se trata de la mayor revolución social de la historia de la humanidad, una hazaña extraordinaria. Junto con la reducción de la pobreza, cabe destacar también que el nivel de ingresos de las clases bajas ha aumentado sustancialmente, a la par de una mejora significativa en el desarrollo económico y en las condiciones de vida en las áreas pobres. Tuve la oportunidad de vivir durante un año en China y luego retorné en varias ocasiones. Es realmente impactante advertir en persona las impresionantes y rápidas transformaciones en la geografía económica y social de un país tan inmenso.
Sin embargo, la erradicación de la pobreza no ha sido un camino fácil para China. A partir del Proceso de Reforma y Apertura, iniciado por Deng Xiaoping, China tuvo que atravesar un camino plagado de dificultades y con escasa ayuda internacional. Más allá de la capacidad del Partido Comunista y de sus líderes visionarios, considero que el factor más decisivo en este exitoso proceso ha sido la determinación y la perseverancia del pueblo, un motivo de verdadero orgullo nacional para China.
Conviene repasar unos ocho pilares del éxito de China en la lucha contra la pobreza. Se trata de grandes lecciones que pueden servir como modelo para el resto de los países del mundo que aún no pueden liberarse de este flagelo.
1- Planificación, metas realistas y cumplimiento de los plazos
El primer punto a destacar de la experiencia china es la seria y metódica planificación estatal, contenida en los planes quinquenales que fija el Partido Comunista. En ellos se establecen objetivos concretos y realizables, con metas y plazos muy detallados, que se suelen cumplir con rigurosidad. Cuando esto no sucede, es común que los funcionarios a cargo de las respectivas áreas sean reemplazados y, eventualmente, sancionados por mal desempeño. Asimismo, los que se destacan por sus méritos y sus resultados suelen ser promovidos. En China hay una fuerte valoración al mérito y el esfuerzo colectivo.
2- Estabilidad política y consenso social basado en resultados
La estabilidad política que caracteriza a China claramente ha favorecido la continuidad de las políticas exitosas en materia de desarrollo económico y reducción de la pobreza. La conducción del PCC desde 1949 a la fecha ha permitido la continuidad y el cumplimiento efectivo de los grandes objetivos de largo y mediano plazo. A la luz de los resonantes logros y el progreso obtenido, el rumbo elegido por el PCC hoy goza de amplio consenso y aceptación social en el pueblo chino.
3- Apertura económica gradual e inteligente
A diferencia del fallido caso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), China se abrió al mundo de manera gradual e inteligente, a partir de 1978. Los resultados fueron espectaculares. El PBI, las exportaciones de manufacturas y las inversiones se dispararon a tasas inéditas en la historia. Esto tuvo su esperable correlato en la drástica reducción de la pobreza. Tras el inicio en 2014 de la fase económica de «nueva normalidad», con menor crecimiento y énfasis en el mercado interno y la innovación, la pobreza ha seguido bajando y el desarrollo siguió aumentando.
4- Crecimiento con foco en el desarrollo regional
Es sabido que el crecimiento económico no necesariamente se traduce en desarrollo y reducción de la pobreza. El genial Deng Xiaoping y sus respectivos sucesores siempre tuvieron esto bien claro. Por ello, China se enfocó desde la década del 80 en la creación de zonas económicas especiales de desarrollo y en la implementación de monumentales proyectos para desarrollar la deficiente infraestructura del país. Básicamente, fue una gran marcha desde la rica zona costera del este hacia el oeste, donde se encuentran las provincias más pobres y subdesarrolladas del país.
5- La política social la define el Estado
En China el Estado no negocia con privados las políticas sociales. Es impensable que una corporación u organización privada pueda pretender ocupar el papel de intermediario entre el Estado y los pobres, como suele suceder en Occidente. Y esto no se contradice con la necesaria reducción de los organismos y empresas ineficientes del Estado, como ha sucedido bajo el liderazgo de Xi Jinping. Tampoco la primacía del Estado contradice el creciente papel que están teniendo algunas NGOs en China.
6- Políticas sociales orientadas a la integración y la mejora de los servicios
En China, la mirada social del Estado está preeminentemente enfocada en la ampliación y la mejora de los servicios públicos, buscando equiparar la calidad y las posibilidades de acceso para todos los ciudadanos, independientemente donde vivan. En ese sentido, China ha logrado una exitosa integración y desarrollo armonioso entre el campo y la ciudad. China ha fijado políticas específicas para favorecer a campesinos, mujeres, minorías étnicas, desocupados, adultos mayores y niños en condición de pobreza o abandono. La provincia de Zhejiang, donde he tenido la oportunidad de vivir, es un excelente ejemplo de ello. El modelo 八八战略, establecido por Xi Jinping cuando gobernó la provincia (2002-2007), tuvo fenomenales resultados en desarrollo, integración urbano-rural y reducción de la pobreza. Luego Xi aplicó esa experiencia a todo el país.
7- Primero, la educación
El pueblo chino tiene una sana obsesión por la educación. Lograr una buena educación para los hijos es la máxima prioridad de los padres, quienes hacen enormes esfuerzos para acceder a las mejores escuelas y universidades. El Estado ha acompañado esa tarea mediante un notable aumento de la inversión en educación, junto con subsidios para estudiantes de áreas rurales y otras zonas desfavorecidas, alejadas de los principales centros educativos. El resultado ha sido que los estudiantes chinos siempre aparecen en los primeros lugares de las pruebas internacionales PISA. Además, China se ha convertido en faro mundial en materia de innovación, desarrollo tecnológico y cultura emprendedora. Esto naturalmente tiene consecuencias muy positivas en el marco del combate de un país contra la pobreza.
8- Lucha contra la corrupción
Ni bien asumió el poder, el Presidente Xi Jinping lanzó una campaña sin precedentes contra la corrupción. Cientos de miles de corruptos fueron enjuiciados y encarcelados. Esa política fue complementada con un programa especial para localizar a altos funcionarios corruptos fugados al exterior. El resultado es que billones de yuanes de los corruptos fueron recuperados para el pueblo chino, mientras que otros tantos billones ya no podrán ser robados. Sin dudas, luchar contra la corrupción es luchar contra la pobreza.
Patricio Giusto. Director del Observatorio Sino-Argentino. Master of China Studies y profesor visitante de la Universidad de Zhejiang. Candidato doctoral en Estudios Internacionales y profesor regular en la Universidad Católica Argentina.