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Acusaciones de espionaje y guerra comercial

Por Lucas Gualda, Investigador del Observatorio Sino Argentino.

Huawei sigue en el ojo de la tormenta por su supuesta capacidad para realizar espionaje a cargo del gobierno chino en los países donde desarrolla sus redes de telecomunicaciones.  Al mismo tiempo, en las “Dos sesiones” se dieron pasos importantes hacia la separación del estado y el sector privado.

Todavía se puede recordar la enorme expectativa del encuentro que tuvo lugar en Buenos Aires, y que reunió a los dos líderes más importantes de este momento de la política internacional. Donald Trump por un lado, Xi Jinping por el otro. Mientras ellos ante un menú protagonizado por el vacío y los vinos mendocinos conversaban acerca de cómo poner un alto al tit-for-tat que dominó gran parte del 2018, en Vancouver, unos 9500km al norte de Argentina, se producía la detención de Sabrina Meng Wanzhou, CFO de Huawei.

La ejecutiva, que se encontraba de momento en territorio canadiense, fue acusada por la justicia norteamericana de comerciar con Irán en momentos en que las sanciones impuestas por Washington a Teherán impedían hacerlo. Más allá de la culpabilidad o no de Meng, el hecho generó un enorme revuelo mediático por varias razones. Una de ellas, que Huawei es una de las empresas chinas que han ganado mayor prestigio a nivel mundial, un estandarte del éxito del modelo económico chino que está migrando de ser un productor de manufacturas de baja tecnología a uno de alta tecnología; el otro motivo es que se trata de la hija del fundador de la empresa, el militar retirado Ren Zhengfei. Un verdadero golpe al corazón del imperio.

Como decía, a continuación de este hecho el tema comenzó a dominar la escena mediática. Asimismo, comenzaban a circular otras versiones, y otras acusaciones. La principal es la que sostiene que Huawei, por su cercanía con el gobierno chino, podía potencialmente convertirse en una herramienta para el espionaje en aquellos países donde la empresa desplegaba sus estructuras de telecomunicaciones. La empresa vende mucho más que teléfonos, aunque sea esto el principal factor de éxito en el mercado, claro está.

La acusación, que se originó en Estados Unidos, fue acompañada de una prohibición de ingresar en el desarrollo de la red 5G en territorio americano. A continuación, desde Washington se buscó convencer (con éxito dispar, pues tanto el Reino Unido como Alemania han cuestionado duramente la decisión) a países aliados de copiar la medida. Cierto es que Huawei es una de las compañías mejor posicionada en la carrera hacia el despliegue de este nuevo paradigma que transformará al mundo.  Y la sensación en Occidente de que Beijing les está “robando el fuego” cual Prometeo a los Dioses del Olimpo, ha disparado todas las alarmas ante el peligro de que en poco tiempo se pueda producir un cambio en la actual distribución de poder.

Van más de 4 meses de sucedido el hecho, y más allá de la denuncia judicial iniciada por Huawei al Estado Americano, poco ha pasado. Por otro lado, las negociaciones post tregua entre Beijing y Washington sí han traído cola. Las “Dos sesiones”, evento político que signa lo que será el resto del año para China, destacaron por sus novedades en cuanto a políticas de Estado, las cuales fueron comunicadas por el Premier Li Keqiang.

Al pedido de austeridad a todas las dependencias de gobierno del país, se suman también importantes medidas apuntadas a desregular lo que ha sido hasta ahora una economía muy celosa del ingreso de capitales extranjeros. Esto es sin duda una consecuencia de lo que vienen conversando Robert Lighthizer y Liu He desde diciembre del año pasado. Aunque hay un antecedente previo a dicho momento, y tuvo lugar el julio de 2018, apenas iniciada la guerra comercial. BMW, fabricante alemana de autos de gran calidad, anunciaba que su participación en China pasaría del 50% al 75%, quedando su par china Brilliance con el restante 25%; BASF también anunció la apertura de una nueva operación en la cual sería poseedora del 100%, es decir, sin recurrir al hasta ahora obligatorio modelo de joint-venture.

De continuar esta tendencia, el panorama empresario en China va a comenzar a parecerse más al de la economía global. Es para preguntarse cuál podrá ser la incidencia entonces del gobierno chino en el sector privado. Esto no es solo una buena noticia para los nuevos inversores, sino también para los que ya están en territorio. Xi Jinping ya lo había advertido en el último Congreso del PCC que lo consagró nuevamente como líder de la nación, en la evolución del pueblo se hallaba su contradicción. El foco de la gestión está puesto en el desarrollo de la población. Las acusaciones de espionaje pierden fuste cuando uno no para de ver a una China seguir pensando y estudiándose a sí misma.

Esto no quiere decir que el sector privado chino no es relevante para los intereses del Partido Comunista. Todo lo contrario, están cumpliendo un “celebrado” rol protagónico. Huawei ha instalado antenas en África donde antes no había nada; su tecnología móvil está permitiendo, junto con los desarrollos de Alibaba, el desarrollo de sistemas de pagos electrónicos muy envidiables, tal es el caso de MPesa, una de las empresas tecnológicas de Kenia que crece sostenidamente año tras año.

En palabras de varios líderes africanos en el último encuentro del Foro FOCAC que reúne a la Unión Africana con China, el país asiático es un “verdadero amigo”, que ha estado siempre presente, y que sin prejuicios ha confiado y apostado por asociaciones win-win. Para citar un solo ejemplo, en Tanzania se está construyendo un puerto que cuando esté terminado superará en capacidad operativa a Rotterdam (Países Bajos), el puerto más grande de Europa. El pueblo de Bagamoyo se convertirá en la puerta hacia el África subsahariana.

Quienes opinan en contra de la cooperación china aseguran que los préstamos son impagables. En mi opinión personal, China ha elegido mirar el vaso medio lleno con África. Un continente con la población más joven del mundo, y que duplicará su tamaño de aquí a 2050 puede representar tanto un problema como una oportunidad. Está claro cuál es la mirada que han elegido desde Beijing.

Por último, considero necesario estudiar y analizar estas situaciones, pues son el espejo de lo que puede suceder en nuestra región, en un momento donde la presencia china va en incremento, y con ello, las posibilidades de potenciar aún más los vínculos entre América Latina y Beijing.

 

Referencias:

Espinosa, J. (2018). “La detención de la heredera de Huawei conmociona China y tambalea la tregua comercial con EEUU”. El Mundo (España). Recuperado de: https://www.elmundo.es/economia/empresas/2018/12/06/5c09296efc6c8363718b456f.html

Kastrenakes, J. (2018) “Trump signs bill banning government use of Huawei and ZTE tech”. The Verge (EEUU). Recuperado de: https://www.theverge.com/2018/8/13/17686310/huawei-zte-us-government-contractor-ban-trump

Mackinnon, A. (2019). “For Africa, Chinese-Built Internet Is Better Than No Internet at All”. Foreign Policy (EEUU). Recuperado de: https://foreignpolicy.com/2019/03/19/for-africa-chinese-built-internet-is-better-than-no-internet-at-all/

Sin autor. (2018) “BMW first to take majority stake in China car venture”. Business Times (Singapur). Recuperado de: https://www.businesstimes.com.sg/transport/bmw-first-to-take-majority-stake-in-china-car-venture-source

Sin autor. (2019) “EU to drop threat of Huawei ban but wants 5G risks monitored”. CNBC (EEUU). Recuperado de: https://www.cnbc.com/2019/03/22/eu-to-drop-threat-of-huawei-ban-but-wants-5g-risks-monitored.html