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China se enfrenta al desafío de consolidarse como la máxima economía global

Por Patricio Giusto*

Se llevó a cabo esta semana un nuevo plenario del Comité Central del Partido Comunista Chino (PCC) en Beijing. El trascendental evento se desarrolló en un clima de marcado optimismo en lo económico y en lo sanitario, aunque con fuerte incertidumbre y ansiedad en lo político, a escasos días de la elección estadounidense y en medio de un notable aumento de tensiones con la Casa Blanca.

En materia económica, el PCC parece haber emergido de la pandemia de Covid-19 muy fortalecido, con indicadores que han destacado a China por sobre el resto del mundo. El país celebra haber controlado la pandemia, junto a una rápida recuperación económica. No obstante, las dudas y desafíos por delante no son menores.

Entre los puntos tratados en el Plenario del PCC, se destacan:

* Lineamientos del 14º Plan Quinquenal (2021-2025). Los detalles del plan recién serán presentados oficialmente dentro de dos o tres meses, para ser finalmente aprobado por la Asamblea Popular Nacional en marzo de 2021. Se espera una revisión de las metas económicas hacia la baja, debido al impacto prolongado de la pandemia y el conflicto con Estados Unidos. China abandonaría definitivamente las metas fijas de crecimiento del PBI, dotando de mayor autonomía a las autoridades. El país se centrará en lograr mayores grados de autosuficiencia económica y en disminuir el riesgo financiero frente a los shocks externos.

* Revisión del plan de innovación tecnológica “Made in China 2025”. Es un pilar fundamental del programa económico del PCC, frente a la escalada de restricciones a las empresas chinas en Estados Unidos y otros países. El vicepremier Liu He declaró, previo al plenario: “Los esfuerzos de potencias extranjeras para contener el desarrollo tecnológico chino han fortalecido la determinación del país de afianzar los eslabones débiles de la economía y acelerar el cambio hacia un crecimiento impulsado por la innovación”. China seguirá así redoblando esfuerzos para lograr autonomía en la producción de insumos críticos, como ser los semiconductores (eje de la puja tecnológica con Washington).

*Presentación de la estrategia de mediano plazo “Visión 2035”. Aún se sabe poco sobre este marco programático para lograr la “modernización socialista” y la consolidación de China como primera economía global hacia 2035. El PCC ha mantenido los detalles con mucho hermetismo. Se trata de una visión que engloba al “Made in China 2025”, con lineamientos no sólo económicos, sino también políticos. Esta “Visión 2035” fue esbozada por primera vez en 2017, sin mayor claridad sobre las metas y plazos.

*Especificaciones de la nueva estrategia de “doble circulación” de la economía china. Este replanteo del rumbo económico surgió a raíz del nuevo contexto internacional sumamente adverso, signado por el choque con Estados Unidos y por la pandemia. El modelo de la “doble circulación” apunta a reenfocar la economía en la producción y el consumo domésticos, mientras se impulsa la autosuficiencia tecnológica. El presidente Xi Jinping busca constituir una suerte de columna vertebral de empresarios privados, que sean confiables y eficientes en la provisión de bienes esenciales en momentos críticos. Esto no tiene que ver sólo con lo tecnológico, sino también con lo alimenticio, justamente en momentos que China atraviesa un estrés histórico en los costos de ciertos alimentos. Por caso, el precio de la carne de cerdo aumentó 50% interanual en agosto.

*Impulso a la inversión extranjera con epicentro en Shenzhen. Otro eje central de la nueva política económica de China es el mayor impulso a la atracción de inversión extranjera, con la ciudad de Shenzhen presentada como modelo para el mundo. Al cumplirse 40 años de la creación de la Zona Económica Especial de Shenzhen, el presidente Xi ratificó la profundización del proceso de Reforma y Apertura, pese a las inéditas dificultades que afronta China. Xi anunció una serie de medidas para dotar de mayor autonomía a la Zona, que en los últimos años ha eclipsado a la vecina Hong Kong.

*Aprobación de nuevas reglas de funcionamiento del Comité Central del PCC. Las modificaciones serían en favor de mayor concentración de poder en manos de Xi Jinping. El nuevo borrador de reglas del PCC que trascendió fortalecerá el control del presidente sobre los principales órganos de gobierno del partido. Entre otros cambios, el secretario general tendrá poder exclusivo para establecer las agendas del Politburó y del Comité Permanente del Politburó. De esa forma, Xi tendrá un control casi total sobre el PCC.

Perspectivas y desafíos para la recuperación de la economía china.

El FMI proyecta que China será la única economía importante que crecerá este año, en torno al 1% y 2%. Según las estadísticas oficiales del gobierno chino publicadas en octubre, el crecimiento del PBI de China se aceleró al 4,9% (contra 2019), desde el 3,2% en el segundo trimestre de 2020, incluso por encima de las expectativas del mercado. El crecimiento negativo del año se revirtió y la economía se expandió un 0,7% en los primeros nueve meses de 2020, incluida la disminución abrupta del 6,8% registrada en el primer trimestre.

El objetivo de la nueva estrategia económica de Beijing es priorizar el crecimiento del consumo interno y la innovación tecnológica, para limitar los efectos del posible “desacople” económico con Estados Unidos y los efectos económicos prolongados que tendrá la pandemia de Covid-19. Según los expertos económicos que asesoran a Xi, China debe apuntar a afianzar una suerte de “autosuficiencia autárquica”, sin descuidar la necesidad de seguir expandiendo las relaciones económicas externas de China, sobre todo con socios estratégicos que son grandes proveedores de materias primas, energía y alimentos (caso Latinoamérica).

Lo cierto es que en los últimos años China no ha sido muy exitosa en la meta de aumentar la importancia del consumo interno para el crecimiento. Mucho menos sencillo será lograrlo en un contexto internacional que se proyecta tan negativo. Durante los últimos cinco años, el consumo de los hogares chinos se mantuvo por debajo del 40%, aún muy detrás del promedio del 60% en el mundo desarrollado.

Asimismo, la economía china sigue estando sobre-apalancada con deuda, con una relación deuda/PBI tan alta como la de las economías avanzadas (si bien China cuenta con cuantiosas reservas monetarias). Por otro lado, desde que inició la pandemia, las exportaciones y el gasto público han sido los grandes motores de la rápida recuperación china, lo que exhibe una economía que sigue lejos de poder sostenerse en el mercado interno.

La imagen pública del PCC frente a la sinofobia y el conflicto con Estados Unidos.

Los indicadores económicos positivos han reforzado la imagen pública del PCC, con un creciente sentimiento nacionalista en los sectores medios chinos, incentivado a su vez por la ola de sinofobia que se ha desatado nivel mundial a raíz de la pandemia. Pero si bien el apoyo al PCC se mantiene alto en la ciudadanía china, la imagen internacional de China en los principales países de Occidente se encuentra en mínimos históricos, de acuerdo con una reciente encuesta difundida por el Pew Research Center. Esto constituye un enorme desafío que obliga al PCC a replantear la estrategia de soft power china.

Por otra parte, el PCC no espera grandes cambios en la política exterior estadounidense si gana el demócrata Joseph Biden, quien durante el último debate presidencial en Nashville llamó “matón” al presidente Xi, equiparándolo con Vladimir Putin y Kim Jong-un. En ese sentido, el demócrata dijo que China “será forzada a comportarse de acuerdo con las normas internacionales”. Unos días más tarde, Xi no se quedó atrás y dio uno de sus discursos más duros desde que tomó el poder, con motivo del 70º aniversario del ingreso de China en la Guerra de Corea. “Nunca nos quedaremos de brazos cruzados mientras se socavan la soberanía, la seguridad o los intereses del desarrollo de China, ni permitiremos que ninguna persona o fuerza interfiera o divida el territorio sagrado de la patria”. Tras el plenario, está claro que los problemas por delante para Beijing no son menores y exceden largamente lo económico. Y que el conflicto con Estados Unidos se mantendrá, gane quien gane.

*Este artículo fue originalmente publicado el diario Perfil.