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El nuevo sueño chino: Xiong’an, la ciudad del futuro

Este artículo fue originalmente publicado en El Economista, disponible en el siguiente enlace.

Por Diego Cagliolo (*) y Patricio Giusto (**)

Quien nunca haya estado en China seguramente tenga una idea equivocada de lo que se puedan encontrar. Quien la conozca, pero no la haya visitado en los últimos 15 años seguramente tampoco pueda creer lo que ve. Y aquel que viaje regularmente siempre encontrará motivos para el asombro por la velocidad del cambio que experimenta.

China se ha convertido en especialista en levantar megaciudades de la nada, remodelarlas íntegramente o transformarlas de manera vertiginosa y en tiempo récord, aunque muchas de las ellas permanecen aún deshabitadas o con muy baja ocupación.

La aceleración del proceso de transformación estructural que vive la economía y la sociedad china, con grandes migraciones del campo a la ciudad producto de la mejora en las condiciones de vida y de las posibilidades laborales de la población ha experimentado un fenómeno de crecimiento urbano que pone a China a la vanguardia del desarrollo urbanístico mundial.

Tal vez los casos más exitosos y conocidos sean los de las áreas especiales de Shenzhen (impulsado por Deng Xiaoping en los ‘80) en la desembocadura del Rio Perlas, o Shanghai-Pudong (impulsado por Jiang Zemin en los ‘90) en la desembocadura del Rio Yangtzé, que mostraron al mundo la capacidad de adaptación y transformación china.

Bajo la política de reforma y apertura de Deng se abrió el juego a las fuerzas del mercado y las áreas económicas especiales se constituyeron en los pilares del desarrollo de la China continental moderna y capitalista. Con un crecimiento acelerado, pueblos de pescadores dieron paso a ciudades modernas, tecnológicamente más avanzadas que muchas grandes capitales del mundo occidental y orgullo del gobierno y pueblo chino.

El Area Nueva de Xiong’an (en la provincia de Hebei, en el norte de China) se convertirá en el 19º distrito y una nueva zona económica de China a nivel nacional, pero con un enfoque completamente diferente a los modelos de desarrollo de Shenzhen y Shanghai-Pudong.

La denominada “Ciudad del Futuro”, un triángulo estratégico desde el punto de vista económico conocido como “Jingjinji”, unirá los condados rurales de Rongcheng, Xiongxian y Anxin -unificando mas de 60 pueblos rurales- y tendrá una superficie de aproximadamente 100 km2 en la primera etapa (se estima que en 2022 ya estará operativa) y de hasta 2.000 km2 (tres veces Nueva York) en 2035, año de su finalización.

Para 2049, año del centenario de la creación de la Republica Popular China, el área aspira a albergar a 25 millones de habitantes y convertirse en la ciudad mas tecnológica, mejor conectada y mas medioambientalmente sostenible de toda China.

Ubicada a una hora de Shijiazhuang, capital de la provincia de Hebei y a unos 100 km de distancia tanto de Beijing como del puerto de Tianjin (con el cual estará conectado por dos canales acuáticos), Xiong’an estará a solo 20 km del nuevo aeropuerto internacional de Beijing-Daxing y conectado por cinco líneas de trenes de alta velocidad.

Según estimaciones de Morgan Stanley, el presupuesto total asignado por el Gobierno de China oscila entre US$ 170.000 y US$ 300.000 millones (aunque estimaciones mas recientes ubican la cifra en US$ 580.000 millones, más de un PIB de Argentina), la mitad de los cuales estarán destinados a infraestructura ultramoderna. Se trata del mayor proyecto de inversión pública de la historia de China (casi 10 veces mas que lo invertido para los Juegos Olímpicos de 2008).

¿Que tiene de novedoso el proyecto?

La creación del Area Nueva de Xiong’an fue anunciada por Xi Jinping en abril de 2017 como una mega-ciudad moderna, verde, inteligente e innovadora, en el marco del 13º Plan Quinquenal (2016-2020).

Xi destacó que Xiong’an representa “una gran estrategia de China para los próximos 1.000 años y un asunto de gran importancia nacional”. El proyecto abona a la meta de construir “una sociedad moderadamente próspera, preparada para hacer frente a inestabilidades en la economía y asentada sobre una sólida base de innovación, integración regional, desarrollo sostenible y apertura externa”.

Es interesante recordar que hace unos 1.000 años el área de Xiong’an también fue objeto de otro megaproyecto impulsado desde las autoridades centrales, pero con fines totalmente diferentes.

Eran los tiempos de la Dinastía Song del Norte (960-1127). Por entonces se ordenó canalizar agua hacia la región para que pudiera funcionar como una zona de defensa militar, creando una suerte de gran muralla acuática. Se produjeron inundaciones masivas y gran parte de la zona quedó convertida en un gigantesco pantano, tal cuales son los rasgos de la geografía del lugar en la actualidad. De más está decir la degradación ambiental que se produjo, temor que ahora se ha visto reflotado.

Volviendo al presente, la prueba piloto de la nueva ciudad de Xiong’an se propone “explorar nuevos modelos de crecimiento (económico)”, “crear una ciudad inteligente de clase mundial” priorizando el “desarrollo verde y la protección ecológica”, con el objetivo de consumir el 100% de energía limpia sin emisiones de carbono, de acuerdo a lo expresado en el proyecto.

Sucede que China en general y la zona de Xiong’an en particular, aún sigue consumiendo enormes cantidades de carbón para producir, calefaccionar y cocinar. En ese sentido, más de 5.000 empresas ya han sido cerradas en Xiong’an por no cumplir con los requisitos de emisiones programadas de CO2.

Para ello, deberán ser los propios edificios de la ciudad los que generen el grueso de su propia energía, así como cultivar sus propios alimentos, minimizando las exportaciones e importaciones. En la nueva área se propone priorizar las economías de ciclos cortos y que los recursos recorran poca distancia. Claro que el Covid-19 hizo lo suyo y redirigió el proyecto hasta el limite tecnológico de la autosuficiencia. Ahora se trata, además, de lograr una ciudad preparada para una situación de eventual aislamiento.

Asimismo, el proyecto contempla no sólo la reubicación de gran número de campesinos, sino también de las funciones no administrativas de Beijing (universidades, centros de estudio e investigación, colegios, hospitales, oficinas corporativas, servicios públicos e instituciones financieras) para descomprimir la carga que soporta la ciudad. En los primeros días tras el anuncio, el gobierno chino tuvo que tratar de contener una ola especulativa, con precios inmobiliarios que, lógicamente, se fueron por las nubes.

También se espera que Xiong’an se convierta en un centro para las industrias de tecnologías de punta. Una ciudad del talento. Zhongguancun (considerado el Silicon Valley chino) planea construir un nuevo parque científico y movilizar desde Shenzhen a cerca de 500.000 científicos, así como docenas de grandes empresas del sector.

Funcionarios del Gobierno estiman que el 80% del crecimiento económico del Área Nueva de Xiong’an provendrá de industrias de tecnología de punta y, por ello, se elaborarán planes de prioridades e incentivos a las inversiones en sectores prioritarios e industrias de alta tecnología, incluidas tecnologías de la información, biotecnología y nuevos materiales, según establece el “Mapa de Ruta de Ciencia y Tecnología para el 2050” del gobierno chino.

Asimismo, la nueva área de Xiong’an intensificará la construcción de infraestructura inteligente, movilidad inteligente (vehículos autónomos), implementará formas inteligentes de administración de la ciudad, moneda virtual y un sistema de administración de datos, como ser el sistema de trafico inteligente regulado por inteligencia artificial. Claramente la intención es que estos avances tecnológicos eviten los tan comunes problemas de tráfico en China.

Un proyecto dirigido, con enormes desafíos

Cabe destacar que el emprendimiento estará dirigido y financiado enteramente por el gobierno central y la evolución del proyecto no esta orientado por la intervención de las fuerzas del mercado ni de empresas privadas, sino bajo el absoluto y estricto control del Partido Comunista de China.

Xi Jinping introduce un nuevo paradigma de desarrollo urbano motorizado por y para el Estado. Una nueva ciudad desde sus cimientos, absolutamente basada en el sector público y con exclusión deliberada de capital privado extranjero. Una “estrategia crucial para este milenio”, “un nuevo capítulo en la transición histórica hacia un crecimiento coordinado y sostenible”, según las palabras de Xi. El diseño vertical del proyecto desde la mas alta esfera de gobierno y el compromiso personal que el presidente Xi ha asumido lo elevan a uno de los proyectos mas ambiciosos de su gestión.

Mas allá de los desafíos que plantean la reubicación de miles de pobladores, el clima extremo del norte de China, la inadecuada ubicación geográfica de una zona pantanosa, la escasez de agua y la contaminación del aire y del agua son los mayores retos para el éxito de Xiong’an. Por caso, el lago Baiyangdian, el lago de agua dulce más grande del norte de China de donde Xiong’an se abastecerá de agua potable posee altos índices de contaminación de sus aguas. Un gran interrogante de cara al futuro del proyecto.

Por otra parte, la Administración del área especial no contará con los enormes ingresos que le producen las transacciones de bienes raíces, tan habituales en los gobiernos provinciales y municipales y deberá ser financiada enteramente por recursos del gobierno central, que confía en que “Xiongan mostrará cómo el socialismo funciona en una moderna y original metrópolis, libre de los problemas planteados por la mayoría de las comunidades capitalistas”, de acuerdo al PCCh.

El recientemente aprobado 14º Plan Quinquenal (que establece las prioridades económicas y sociales para el periodo 2021-2025) introdujo el concepto de “Circulación Dual” de la economía china. Se trata de un enfoque acorde al nuevo y muy complejo escenario global para China, signado por el mayor riesgo de desacople con EE.UU. y un escenario económico mundial sacudido por los efectos demoledores de la pandemia.

De esa forma, China aspira a consolidar una economía de mercado socialista de alto nivel, con un fuerte mercado doméstico, pero sin detener el curso del Proceso de Reforma y Apertura. “Un proceso que no tiene fin”, de acuerdo a Xi Jinping.

En definitiva, el proyecto de “La Ciudad del Milenio” de Xiong’an parece ser un experimento en línea con estos postulados que, de ser exitoso, podría marcar un potencial “nuevo modelo socialista de desarrollo y crecimiento urbano para las ciudades del interior” en los próximos años, de cara al centenario de la creación de la República Popular China.

Junto con la iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), ambos prometen convertirse en los dos mayores proyectos que deje para la posteridad el legado de Xi Jinping. Puede parecer descabellado o quimérico, pero a experiencia indica que no hay que subestimar capacidad de planificación y ejecución de China y su continuo desafío a los imposibles. Tal vez, la nueva área de Xiong’an, muy probablemente termine siendo un nuevo motivo de asombro para los visitantes.

(*) ExSubsecretario de Relaciones Internacionales de la provincia de Buenos Aires y miembro del Consejo Asesor del Observatorio Sino-Argentino.

(**) Docente del Programa Ejecutivo en China Contemporánea de la UCA y Director Ejecutivo del Observatorio Sino-Argentino.