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El 70º aniversario de la RPC frente al desafío de los EE.UU.

Por Patricio Giusto, Director Ejecutivo del Observatorio Sino-Argentino*

La República Popular China (RPC) cumplió 70 años de existencia. La celebración central en Beijing fue imponente. China exhibió al mundo todo su poderío militar y tecnológico, como así también la majestuosidad de su arte y cultura. El Presidente Xi Jinping, quien se ha convertido en el líder chino más poderoso desde los tiempos de Mao Zedong, fue contundente en sus definiciones: “Ninguna fuerza podrá jamás detener al pueblo chino en su avance”. Sin nombrarlo, la clara referencia es al desafío planteado por los EE.UU. de Donald Trump, quien ha lanzado una guerra tecno-comercial para frenar ese avance.

Xi Jinping ha iniciado una “nueva era” en China, según la retórica oficial. En el plano interno, Xi ha fijado las ambiciosas metas de los “dos centenarios” (2021 y 2049), por las fundaciones del Partido Comunista Chino y la RPC, respectivamente. La primera meta implica lograr la “sociedad modestamente acomodada”, buscando la erradicación total de la pobreza para 2021. Cabe destacar que unos 800 millones de chinos salieron de la pobreza en las últimas cuatro décadas, lo que constituye la mayor revolución social de la historia. En tanto, para 2049, Xi aspira a que China se convierta en un país “socialista moderno”. Ello implicaría lograr un nivel de ingresos per cápita similar al de los países desarrollados de Occidente.

En paralelo, Xi ha lanzado una inédita campaña anticorrupción, una agresiva política contra la contaminación y ha dado un fuerte impulso al desarrollo tecnológico con foco en la innovación, en el marco de la estrategia “Hecho en China 2025”. En un reciente discurso, Trump ha dicho que esa estrategia “es inaceptable, no va a suceder”. En ello radica, justamente, el epicentro del conflicto entre China y los EE.UU.

Hacia el exterior, Xi ha promovido la construcción de una “comunidad global de destino compartido”, en línea con las ideas de su antecesor, Hu Jintao, acerca del “desarrollo pacífico” y la construcción de una “sociedad armoniosa”. Para materializar sus objetivos, en 2013 Xi anunció una mega-iniciativa para contribuir al desarrollo de la infraestructura y las comunicaciones a nivel global, denominada “Una franja, Una ruta”. La misma ya se expande por Asia, Europa, África y también pretende llegar hasta América Latina, a través de la extensión marítima de la ruta. La cooperación de China con Latinoamérica no para de crecer.

A la par de su afianzamiento en el liderazgo de China, Xi ha exhibido una postura muy activa y aperturista en política exterior. “China se abrirá cada vez más”, ha dicho Xi, en reiteradas ocasiones. En el contexto del conflicto con los EE.UU. se da una gran paradoja: la China cada vez más aperturista en lo económico de Xi, se ha ido consolidando como sostén de la globalización económica, buscando ser la perfecta contracara del EE.UU. aislacionista y proteccionista de Trump. Dicho sea de paso, un Trump que ha decepcionado y afectado a sus históricos socios occidentales con esta postura antiglobalización.

A 70 años de su creación, la RPC se ha afianzado como la segunda mayor potencia económica, camino a superar a los EE.UU. En ese sentido, es difícil prever cómo puede evolucionar la disputa estratégica entre ambas. Si bien a priori está claro que China y los EE.UU. tienen mucho más para ganar cooperando que enfrentándose, el curso del conflicto dependerá principalmente de las decisiones que tomen sus líderes de turno.

*Este artículo fue originalmente publicado en Todo Noticias, el 19 de octubre de 2019.