Se define el caso de Meng Wanzhou, bajo presión estadounidense
Este artículo fue originalmente publicado en Perfil, disponible en el siguiente enlace.
Por Patricio Giusto*
Concluyeron en Canadá las audiencias por el juicio de extradición a los Estados Unidos de la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, quien se encuentra detenida con prisión domiciliaria en Vancouver, desde 2018. La jueza Heather Holmes, del Tribunal Superior de Columbia Británica, anunció que el próximo 21 de octubre fijará una fecha para emitir el veredicto. El caso de Meng, quien es la hija del fundador de Huawei, Ren Zhengfei, ha suscitado gran controversia a nivel internacional debido a la inocultable injerencia estadounidense en el proceso, habiendo también llevado a un punto de tensión inédito las relaciones entre China y Canadá.
Meng está acusada de tergiversar la relación de Huawei con otro vendedor de equipos de telecomunicaciones que habría hecho negocios en Irán (Skycom), durante una presentación de PowerPoint frente al HSBC, en 2013. La rebuscada argumentación de la justicia canadiense, a expensas del requerimiento del Departamento de Justicia estadounidense, es que Meng supuestamente habría defraudado al banco internacional, poniéndolo en riesgo de violar las sanciones de Washington contra Irán.
Meng ha sostenido su inocencia desde el inicio del caso. Su equipo de abogados canadienses ha presentado una defensa basada en cuatro pilares:
La solicitud de extradición de los EE.UU. violó el derecho internacional, ya que ciertamente este no permite que un Estado ejerza jurisdicción extraterritorial sobre conductas con las que no tiene una conexión real o sustancial.
Tanto los funcionarios estadounidenses como canadienses habrían interferido políticamente en el proceso legal. Esto ha sido muy obvio, teniendo en cuenta declaraciones del propio ex presidente Donald Trump frente a periodistas de la agencia Reuters, en 2019, cuando reconoció que el caso de Meng era una “prenda de cambio” en el marco de su disputa comercial con China.
Las autoridades fronterizas canadienses violaron los derechos constitucionales de Meng al detenerla, a lo que se suma que algunas partes involucradas en el caso también intentaron interrumpir el normal curso de los procedimientos judiciales.
Que EE.UU. proporcionó pruebas defectuosas, lo que constituye un abuso de proceso. Esto fundado en que el HSBC era plenamente consciente de la relación entre Huawei y Skycom y decidió voluntariamente mantener su relación con Huawei. Por lo tanto, no se puede establecer un caso de fraude contra Meng.
En suma, la defensa de Meng sostuvo en las audiencias que la única vía para subsanar el abuso es que el tribunal ordene la suspensión del procedimiento de extradición, ya que esto “le indicará al público que no se tolerará un abuso de proceso tan grave, protegiendo la integridad y la transparencia del sistema judicial de Canadá”.
Incluso en el hipotético caso de que efectivamente se pruebe la culpabilidad de Meng, a la sólida argumentación de la defensa se suma jurisprudencia previa en su favor, en casos similares que han involucrado a otras grandes compañías. En la mayoría de ellos, la corporación y no los individuos han sido tomados como responsables. Por caso, Airbus acordó en 2020 pagar más de 3.900 millones de dólares en multas para resolver el caso “Foreign Bribery and ITAR”. Asimismo, en 2015, el Deutsche Bank fue multado con 258 millones de dólares por violar las sanciones relacionadas con Irán y Siria. Pero ningún ejecutivo fue detenido al bajar de un avión.
Pese a todo lo antedicho, pareciera que el principal factor que puede revertir el caso en favor de Meng sería una nueva intervención de Estados Unidos. Ya no para interferir contra Meng en el proceso judicial, como ha sucedido hasta el momento, sino para retirar el pedido de extradición. Pero es poco probable que esto suceda, eniendo en cuenta la política exterior marcadamente anti China propuesta por el presidente Joe Biden, en la que Canadá oficia como fiel peón de esa agresiva estrategia geopolítica.
Finalmente, respecto al derecho internacional, este es un caso de alto perfil que sentará un fuerte precedente para procesos futuros. Tanto para aquellos que involucren a ejecutivos de negocios chinos en el extranjero, como así también para casos que involucren la aplicación de la ley estadounidense en territorios de terceros.
*Director del Observatorio Sino-Argentino. Docente del Posgrado sobre China Contemporánea de la UCA. Master of China Studies y profesor visitante de la Universidad de Zhejiang (China).